…. o porque no realizar viajes fotográficos a sitios tan sumamente turísticos.
Si practicamente a cualquiera de nosotros nos invitasen a pasar unos dias en Marrakech, creo que casi por unanimidad todos aceptariamos e inclusovolveriamos de alli con buenas sensaciones pero por parte de quien escribe, que ya se tiene pateado unos cuantos paises musulmanes, pues que quieren que les diga, pero la decepcion va en aumento segun pasan los dias. Todo hay que decirlo, Marrakech, me parecio una ciudad musulmana muy autentica, con su trafico loco, su falta de papeleras, su laberíntico zoco o bazar, sus mezquitas y llamadas a la oración en las horas establecidas y sobre todo mucha mucha vida nocturna. Sin embargo digo que me decepcionó, porque el estrés y atosigamiento continuo al que se ve sometido el foraneo es tal, que uno es dificil que vuelva de alli queriendo repetir la visita.
Hasta aquí nada que diferencie a cualquier otra ciudad musulmana hasta que uno se acerca a la plaza del pueblo (mas conocida como «Jamaa el Fna») y descrita por muchos como el gran teatro del mundo. Desde el amanecer hasta el anocher pasan por ella todo tipo de personajes: desde artistas como músicos, aguadores, encantadores de serpientes… sin dejar de lado otras profesiones al alza como: Dentistas, vendedores de (benditos) zumos de naranja, o echadores de cartas.
Sin embargo, Marrakech no acaba en su plaza sino que es esta la que nos abre sus puertas para acceder a su grandioso Zoco. Y digo grandioso, porque nada mas lejos de la realidad, este mercado musulman a la vez que enorme es laberintico y perderse por sus callejuelas es de los pocos atráctivos que a mi gusto, tiene la ciudad. Pero como ya se sabe, nada es gratuito y adentrarse en él, conlleva ser perseguido, atosigado y estresado hasta la saciedad por todo tipo de vendedores que ven en el turista, un simbolo de Dollar andante. El problema es que tal es el estrés al que uno es sometido, que mas que querer volver a visitar ese lugar, uno lo que está es deseando salir de alli para no volver a entrar jamás. Sin embargo, como a lo que fuimos nosotros fue a tomar fotografías, he presenciado allí uno de los momentos mas frustrantes de mi vida, ya que el solo echo de levantar la camara para acercarte el visor al ojo, conllebaba un murmullo y gritos alrededor con la siguiente frase «No Photo, No Photo». Asi que, tuvimos que recurrir a Don Dinero y cada vez que divisabamos una foto interesante, teniamos que pagar por ella.
Mucha gente se preguntará que es esto ultimo. No es mas que una cabeza de cordero, pero en vez de vender los sesos sueltos, se vende toda la pieza y que cada uno aproveche de ella lo que le venga en gana, como si quieres coger los dientes y que te los ponga el dentista de la plaza, fotografiado mas arriba.
Sin más que decir, desde aqui os animo a todos a que veais todas las fotos del Viaje Fotografico a Marrakech